¿En qué consiste la metodología flipped classroom?
Como en cualquier ámbito, la educación siempre está en constante evolución. La tecnología poco a poco se va haciendo hueco en las aulas y transforman por completo la forma de aprender, pero también de enseñar. Una de las metodologías que más impacto está teniendo en el sector educativo es la “clase invertida” o Flipped Classroom.
The Flipped Classroom o la clase al revés es un modelo pedagógico que transfiere el trabajo de determinados procesos de aprendizaje fuera del aula y emplea el tiempo de clase, junto con la experiencia del docente, para facilitar y potenciar otros procesos de adquisición y práctica de conocimientos dentro de la clase.
De este modo, la clase al revés permite al profesor personalizar el aprendizaje y hacer que el contenido básico se estudie en casa con materiales aportados por él, mientras que el tiempo de clase se invierte en crear a través de la práctica, reflexionar y comprender de manera totalmente constructiva e individualizada convirtiendo la escuela en un espacio de aprendizaje.
En este tipo de clase, el papel del docente adquiere una relevancia trascendental y a la vez revolucionaria, dejando de ser un sabio para transformarse en un orientador y facilitador de conocimiento. Por su parte, el alumno adquiere un mayor protagonismo y pasa de la escucha pasiva donde solo es el docente el que enseña, a tener un rol muy importante.
La tecnología es otro de los factores diferenciales. Algunas personas creen erróneamente que utilizar dispositivos electrónicos interfiere de manera negativa en el aprendizaje de los alumnos. Es fundamental entender que la tecnología simplemente facilita los aprendizajes, pero son los alumnos y el docente los que lo hacen posible. La tecnología acompaña, no sustituye.
A través del modelo de clase invertida, lo que se intenta es ir un paso más allá de la mecanización y repetición de los deberes sustituyéndolos por tareas que supongan un reto para los alumnos y les haga a su vez competentes digitalmente.